Crear un simulador para aprender sobre procesos o procedimientos es una fórmula de alto impacto para el aprendizaje
Una simulación es un entorno virtual que simula un fenómeno de la vida real. Y es que todo en este mundo se puede simular… Nosotros por ejemplo hemos simulado desde una fábrica envasadora, a procesos de atención telefónica, tareas de enfermería en un hospital, entrenamiento para auxiliares de caja en supermercados o incluso hicimos un simulador para simular la creación de salsas para hostelería.
También se pueden idear simuladores centrados en las personas que son muy útiles por ejemplo para superar determinadas fobias como el vértigo, la agorafobia o el estrés… La persona se enfrenta por ejemplo a volar en un avión, pero sin tener que hacerlo en la realidad. Imagínate… primero puedes aprender sobre la seguridad de los aviones a nivel técnico y luego puedes experimentar un despegue sobrellevándolo con técnicas de respiración específicas, después te enseñan a saber concentrarte en la oferta de entretenimiento a bordo… y así vas venciendo el miedo hasta llegar al aterrizaje.
Pero ¿cuáles son las ventajas de la simulación?
• Formar simultáneamente o individualmente a muchas personas
• Es una formación reutilizable
• El conocimiento que se retiene en la memoria
• Formación entretenida e interesante
• Se ahorra en costes de formación
• Se puede actualizar en cualquier momento
• Se puede emular situaciones de riesgo (como un accidente, un incendio, etc.) en un entorno seguro
• Inmediatez en la implementación de los nuevos conocimientos
• Puede ser multidispositivo
• Y el aprendizaje es significativo y muy efectivo
La simulación en el e-learning permite emular en una pantalla las actividades que se deben llevar a cabo en un puesto de trabajo, recrean las tareas que requiere una profesión, tal y como las realizaríamos en la vida real, pero sin ningún tipo de riesgo. Así el alumno se convierte en un elemento activo, explorando un mundo virtual en el que él mismo construye su propio conocimiento a través de un proceso de tipo experimental. Por ejemplo, los bomberos se pueden enfrentar a un incendio, pero en un entorno totalmente seguro.
La simulación es un aprendizaje por descubrimiento que se basa en conjeturas, en indicios y en observaciones. El usuario suele tener una visión de cámara en primera persona y tiene que ir tomando decisiones, basándose en las pistas que le da la observación del escenario.
Se puede simular procesos de cualquier tipo, simular el funcionamiento de una máquina, recrear cualquier negocio o entorno empresarial y emular en él cualquier rol, procedimiento o tarea. Y lo mejor es que podemos cometer errores sin que se ocasionen problemas en la empresa. Además, practicar por medio de vivencias virtuales permite crear un mundo en el que la formación no interrumpa el ritmo habitual del trabajo en la compañía.
Aunque cuando pensamos en simulaciones nos viene a la mente un avión o un automóvil, existen simuladores de todo tipo de trabajos de cualquier sector. Son aplicables a cualquier área de conocimiento y nos sirven para emular todo tipo de procesos empresariales, como definir la funcionalidad y usabilidad de un producto, mejorar métodos, reducir tiempos u organizar departamentos de logística, de producción o de comercial y marketing.
A nivel cognitivo la interacción con el mundo virtual permite motivar y captar la atención del alumno mucho más que con cualquier formación tradicional. Estas dinámicas intervienen en una mejor asimilación de los conocimientos adquiridos y en una mejor retención de estos.
A nivel cognitivo la interacción con el mundo virtual permite motivar y captar la atención del alumno mucho más que con cualquier formación tradicional.
Este aprendizaje por repetición, dinámico y motivador, basado totalmente en la práctica, ayuda a fijar mejor el conocimiento y a perfeccionar las destrezas del alumno de una forma casi natural. Está comprobado que aprendemos mejor cuando estamos atraídos por la novedad, por los desafíos y por los estímulos del mundo real.
Es un proceso de prueba, error, corrección y nueva prueba que nos aporta un conocimiento efectivo. Como decía Edgar Gale, solo aprendemos un 10% de lo que leemos, pero aprendemos un 80% de lo que hacemos. Y la simulación es hacer, aprender haciendo.
Para ello, se suele situar al usuario en uno o varios escenarios que él mismo elige y se le va guiando para que resuelva acciones. Existe la posibilidad de mostrar una parte de conocimiento teórico para después realizar un entrenamiento previo para entrenar los procedimientos y luego ya pasar a la práctica en la que el sistema evaluará cada uno de sus pasos, penalizándole en puntuación, tiempo y desempeño, en el caso de que cometa errores.
Solo aprendemos un 10% de lo que leemos, pero aprendemos un 80% de lo que hacemos.
Edgar Gale
El simulador le irá informando de los resultados de sus acciones ofreciéndole feedback explicativo y analizando su evolución.
Los simuladores pueden incluir otros elementos multimedia para la formación como: vídeos, animaciones, juegos, actividades, podcast, etc… que harán que el usuario forme parte de una experiencia formativa 360º.
A la simulación, en proyectos más complejos también se le puede integrar tecnología que permita una inmersión total como puede ser la realidad virtual.
En definitiva, cualquier proceso que exista en la vida real se puede virtualizar de la forma sencilla al desarrollo más complejo. Son un perfecto entrenamiento para la vida real y al terminar el proceso formativo, contaremos con los conocimientos y habilidades que necesitamos para afrontar la práctica profesional simulada.
Algunos ejemplos de simuladores avanzados para la formación:
